Que no nos arrebaten la amistad. Segaron la vida de muchos amigos, a otros los exiliaron o los enmudecieron. Pero que respeten la amistad. Que no tronchen los vínculos, que no nos conviertan en árboles sin hojas.
Pisando cáscaras de huevos se firmó una paz que no se acostumbra a vivir en paz. Al contrario, tan pronto se amansó el más fuerte grupo belicoso, otras ferocidades acudieron a capturar territorios e instigar el miedo.
Al mismo tiempo arreció la carga del odio. Coincidió en el tiempo la campaña electoral que transformó las refriegas sanguinarias en combate incorpóreo entre huestes enemigas. La guerra pasó de destruir cuerpos a congelar almas.
De este modo, las creencias políticas y las etiquetas en que suelen encasillarse se encarnizaron...