Por mucho tiempo hemos tenido la creencia que toda la innovación está asociada a la complejidad. La verdad es que existen innovaciones muy complejas basadas en la frontera del conocimiento, que para llegar a ellas toma mucho tiempo, riesgo y dinero, pero la realidad es que la mayor parte de las innovaciones se dan en el día a día, en interacción con otras personas, visitando ferias, hablando con los clientes, analizando el mercado, identificando un problema, observando un proceso en la empresa de manera diferente, muchas innovaciones surgen de procesos simples y cotidianos. Tradicionalmente nos han presentado los casos de éxito de grandes compañías que logran innovaciones gracias a grandes inversiones de dinero, equipos muy robustos y laboratorios,...