El presidente Juanpa (como le gusta que le digamos) dijo con entusiasmo que la semana que ya pasó entregarían a los secuestrados. El General Alzate, el cabo, la abogada que los acompañaba, siguen en poder de sus interlocutores de La Habana.
Que las coordenadas, que las acciones militares, que si Uribe sabe, que si Piedad las recibió, que hay que esperar, en fin, las disculpas sobran como han sobrado en las anteriores oportunidades. Pasó la semana y las Farc no cumplieron. Juanpa (como le gusta que le digamos) sigue para adelante con las conversaciones, hay cosas personales más importantes que lo empujan a seguir en La Habana a pesar de los engaños.
Ahora aparecen en Medellín unos pasacalles de la guerrilla, ya están aquí o, mejor, volvieron aprovechando...