Por Jesús Eduardo Vélez Mejía
Hace 50 años yo estaba desfilando por las calles del centro de Medellín en el desfile homenaje a la independencia de Colombia, muy orgulloso con mi uniforme de «paletero» blanco, buso rojo, quepis militar sobre mi cabeza y como buen bolivariano, orgulloso de mi UPB detrás de la bandera roja y negra, la banda marcial y los símbolos patrios.
Todos los años marchábamos los estudiantes de los colegios de la ciudad, el desfile salía del teatro Pablo Tobón Uribe, bajaba por toda la avenida La playa y llegábamos al parque de Bolivar, izada y honores a la bandera, luego a descansar, paleta de limón y mango biche con sal.
Recuerdo que los desfiles se preparaban con mucho tiempo, primero nos enseñaban a marchar, luego a girar...