Por FABIO HUMAR JARAMILLOredaccion@elcolombiano.com.co
La reforma a la justicia (y lo digo así, en minúsculas) es ahora o nunca. Pero lo grave es que nunca va a ser siempre, pues si la Justicia no es reformada, a fondo, el país va a continuar en una senda de descontrol, desgreño y desorden que pronto mutarán en anarquía.
La situación ya es insoportable; y también lo es para las víctimas de violencia intrafamiliar que deben esperar años para un fallo que les haga justicia; y para las víctimas de Interbolsa, que ya vieron a los malhechores salir impunes por la prescripción.
Y empieza a ser intolerable para todos, hasta para un señor de apellido Uribe, que desde cualquier calabozo le arman un proceso, a punta de testigos ya condenados por los delitos...