Desde que lo conocí se dio otro caso de amor a primera vista. Lástima que en su página web, los amigos de “Vivir en El Poblado” anunciaran en 142 palabras que cierran la tienda después de 26 años de servicio.
La desaparición de un periódico es tan desolador como una puesta de sol sin sol. Noticias así nos arrugan la invisible a quienes levitamos con las cosas bien hechas y nos hemos ganado los garbanzos como aplastateclas.
Este suscriptor no volverá a oír el ¡zas! del periódico cuando pasaba por debajo de la puerta para hacer carrizo en la intimidad de mis cuatro paredes.
El anuncio se conoció poco antes del día del periodista. Peor ironía no se podía dar.
“Consideramos haber sido siempre fieles a nuestra misión: la de hacer periodismo solo en función...