Por José Carlos García f. *
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Lo que sucede en esa inmensa China, de tradición milenaria y nunca olvidada, es incomprensible sin asomarse al Tao Te King, de Lao Tzú, y a El Camino, de Chuang Tzú. Mao y sus más importantes dirigentes lo conocían y lo tienen presente. Por eso no aciertan quienes hablan de “ateísmo” y de “falta de raíces” en su sistema, siempre en evolución pero a la velocidad de bitácora de los grandes navíos. Su actual dirigente Xi Jinpin, ha dicho que la base de su pensamiento está en el Tao y como referente en las formas de gobierno, la sabiduría de Confucio. “No caminamos a ciegas ni sin fundamentos”.
Pretender escribir sobre el Tao es desconocer el Tao y, sin embargo, no hay realidad fuera del Tao,...