Modestia, apártate, pero entre 45,5 millones de colombianos poquísimos tenemos autógrafos de dos campeones mundiales de ajedrez.
Y se pueden contar con los dedos de la mano quienes fuimos derrotados por uno de ellos. Hay palizas que mejoran currículos.
Recordé migajas de mi prontuario ajedrecístico porque en Londres, el campeón Carlsen, noruego, con cara de malas pulgas, y el retador Caruana, italo-norteamericano, con cara de niño que se toma la sopa, disputan el título mundial de ajedrez.
Informa El País, de Madrid, que antes de la tercera partida del match el diseñador Daniel Weil presentó un programa informático “que produce cierta música según el tipo de jugada que se hace en el tablero”. Esperemos a ver qué sinfonía o qué melodía de carrilera...