Empiezo haciendo una aclaración: Santa Teresa no fue beatificada en 1515, año de su nacimiento, como apareció en lamentable errata de la columna anterior, sino el 24 de abril de 1614 por el Papa Paulo V. Ese año escribió Cervantes el poema de homenaje a la santa, que apareció en 1615, año de publicación, valga recordarlo, de la segunda parte del Quijote.
Ciertamente no se puede afirmar que Cervantes haya conocido en vida a Teresa de Jesús, pero es innegable el vínculo que los libros de caballerías crean entre la “fémina inquieta y andariega”, como llamó el nuncio del Papa a la autora inmarcesible de “Las moradas” y “Las fundaciones”, y el genio, también inmarcesible, que se ingenió al Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha. No es un tema...