No se pueden poner puertas al campo, dicta el refrán castellano con la sabiduría que solo otorgan el tiempo y la distancia. Por mucho que algunos se empeñen en levantar muros, el mundo de hoy es uno. La globalización no tiene freno. Da igual que hablemos de dinero, de personas o de sentimientos. Todos fluyen y viajan por la Tierra casi a su antojo. Las razas se entremezclan como nunca y la sangre nueva reverdece la especie y a la propia Humanidad. Pero la globalización incluye también la otra cara de la moneda. La cruz. La oscuridad. El escándalo Odebrecht es el primer caso de corrupción global de la historia. Aún no sabemos si afecta a los cinco continentes, pero al menos sí a uno y otro lado del Atlántico, con especial virulencia en América....