El Norte de Santander, pero muy en especial la región de Catatumbo (Tibú y La Gabarra), requieren una visita en serio del Gobierno Nacional, con el presidente Juan Manuel Santos y el vicepresidente Óscar Naranjo a la cabeza. No para hacer consejos de retóricas previsibles y huecas, sino para definir y emprender acciones concretas que recuperen la seguridad y la estabilidad social de una zona cruzada por fenómenos aterradores y crecientes de ilegalidad.
Allí imponen su ley bandas criminales que lideran mafias que pasan por los cultivos ilícitos y el narcotráfico, el robo y el expendio ilegal de gasolina, la explotación laboral y sexual de inmigrantes venezolanos, el contrabando de mercancías y alimentos, el lavado de activos y el microtráfico,...