Don Octavio era nuestro profesor de álgebra y trigonometría y sus clases eran muy apreciadas por los estudiantes en la Bolivariana. El profe estaba ese día de mal genio y a Néstor, uno de los estudiantes, muy mamagallista, le dio por hacer un ruido por la nariz, con la boca cerrada, que sonaba como un zumbido.
Don Octavio escribía en el tablero ecuaciones y fórmulas y Néstor zumbaba en el pupitre, pero cuando el profesor miraba, el salón quedaba en silencio. Varias veces intentó pillar al bulloso pero no pudo. Nadie acusó al chistoso tampoco. Don Octavio dio media vuelta, tiró la tiza contra el suelo y dijo:
--Con ese hijo de perra cucarrón, nadie da clase. Guardó sus libros y salió del salón.
¿Ustedes creen que si don Octavio pilla al bulloso...