Con las Farc merodeando en las carreteras siempre había riesgo de un secuestro. En algún tiempo, de 1998 al 2001, incluso se llamaron “pescas milagrosas”, porque se trataba de retenes ilegales en los que los guerrilleros alzaban con todo el que llegaba y luego, poco a poco, apenas confirmaban los bienes y la importancia de sus víctimas, dejaban a unas y liberaban a otras.
Tampoco era seguro viajar en medio de la guerra territorial de las Farc y del Eln con los paramilitares, por ejemplo en la Autopista Medellín-Bogotá. Entre 2000 y 2001, esa vía estuvo deshabitada desde el peaje de Santuario hasta las cercanías de Puerto Triunfo. Durante el recorrido, a lo sumo, se cruzaban cinco o seis vehículos en un trayecto de dos horas.
Para los camioneros...