La corrupción está bastante extendida en el mundo, pero hay dos diferencias básicas entre los países. La primera, allí donde la corrupción está en el engranaje del funcionamiento de la administración o allá donde se trata de una anomalía, el famoso “caso aislado”. La segunda es la característica de aquellos países que tienen instituciones y líderes que pueden sancionar a los corruptos, la primera corresponde a los que no lo hacen.
Basta echar un vistazo a las noticias de este marzo para ver cómo son las cosas. En Corea del Sur acaban de destituir a la presidenta Park Geun-hye; en Brasil, una nueva lista de más de 80 políticos y funcionarios sospechosos engrosó el caso que ya se llevó por delante a Dilma Rousseff; en Perú, hay orden de captura...