Estación Planeación Económica, abundante en ideas ocurridas de momento o copiadas de otras partes; papeles dibujados con muñequitos o líneas que no conforman nada, proyectos re-corregidos (y sin corregir), suma de obligaciones contraídas, consultores del Banco Mundial y del Fondo Monetario proponiendo endeudamientos, libros para dummies, gente que bosteza y otra que se duerme, diseñadores de impuestos, iluminados diciendo a todo que sí, buscadores de milagros, cadenas de rezos y más variedades y variables que sueñan con dinero, ojalá fácil para no perder tiempo; sin que falten los asesores mutantes que van de un lado para otro (son pendulares), etc. Y en todo este barullo pletórico de inflaciones, deflaciones y devaluaciones, excavaciones y contrataciones que corrompen o no cumplen, los analistas contratados (data-game) con sus maletines finos, sus bases de datos y sus visiones internacionales, las más muy miopes o aplicables en otras partes.
Es claro que un país se define por su economía, que no es una sino muchas y cada una es producida por la otra. Así, un sector primario (lo agrícola y la independencia alimentaria, la minería ordenada), produce un secundario (la industrialización, la construcción debida) y este a su vez un terciario (los servicios) y todos a su vez nuevas formas económicas como la economía verde que protege el ambiente, la naranja que nace de una cultura abastecida por la industria (sin herramientas y bienes, la creatividad no funciona), la azul que buscaría explotar bien los mares y las rutas, la tecnológica fundamentada en laboratorios e investigación, etc. Y para que esta economía total funcione, no es dando saltos ni tomando de aquí o allá al azar u obedeciendo a teorías de moda. No, la economía es una cadena y cada eslabón fortalece al otro, en especial si el territorio es grande y la sociedad educada. Y si bien no en todo país hay un total abastecimiento (pasa con los más pequeños), los sectores básicos de la economía siempre están presentes en ellos para saber que existen y algo se puede hacer con la relación tierra-agua, como pasa en Israel, Suiza y Alemania, por ejemplo.
Un país le apuesta a una nueva economía cuando las básicas funcionan. O sea, no es ponerse unos zapatos nuevos si se carece de pies o tratar de escribir sin saber hablar ni leer. Hasta para aprender los números hay que comenzar por el uno, seguir con el dos y así. Entonces, si se propone una economía (que resuelta es la base de la política), no hay que creer que se puede saltar y evadir las otras. Por el contrario, como cuando se sube por unas escaleras, hay que ir de escalón en escalón. Y pisar bien.
Acotación: Rafael Uribe Uribe proponía un Congreso representado por gente de los distintos oficios. Era un hombre liberal que creía en la industria, sembrando primero y educándose.