La vida es eso que pasa mientras esperas que haga efecto un relajante muscular. Mientras reúnes la fuerza para comenzar de cero. Mientras revisas obsesivamente el Facebook, no porque quieras saber de la vida de los demás, sino porque estás paralizado. Porque tienes miedo. Vamos a sincerarnos, en este mundo de autoayuda, coaching, en el que puedes leer por Twitter al Dalai Lama y ver qué desayunó el Papa, porque lo subió a una historia de Instagram, se supone que todo es posible. Los vemos sufrir, ser humanos y nos repetimos mantras urbanos sin cesar, como que el fracaso es normal y hasta bueno, o sea que celebra que te botaron del trabajo o que tú país lo destruyó un dictador porque ¿sabes qué? Te están enseñando a ser fuerte. Así que vemos...