Estación Calores, donde se llora por cualquier cosa y se grita por lo que sea, se ríe a las carcajadas (con peligro de un daño cerebral) y se cambia de parecer como de camisa; donde aparece la ira y las ideas se embotan saliendo por la red como disparos, sin más reflexión que lo que la emoción provea. Y en estas emociones o acaloramientos, todo va y viene a los pelotazos, cada cual chutando por donde puede, levantando grama y maldiciendo, cuando no es comiendo papel y uñas, cosa que daña la digestión. Claro que no faltan los rezos, las palabrotas, los abrazos, las exageraciones, las miradas largas y de locos, los saltos y las amenazas, los agradecimientos a los santos y los tragos cortos, que en los calores emborrachan más ligero. Y sí, las...