El orden es natural a los seres, cualquiera sea su naturaleza. Por disposición original, el universo responde a un llamado natural al orden.
El azar o el desorden significan destrucción y negación, el orden construcción y afirmación. La sola disposición del cosmos y el movimiento de los planetas, constituyen manifestación evidente de que el orden es inherente a la existencia. Lo contrario al orden sería el caos, que por no ser natural, debe ser provocado por fuerzas extrañas, como la desafortunada mano del hombre mediante el uso de artefactos de destrucción.
También desde la antigüedad la vida del hombre en sociedad exige de reglas y normas de distinta índole y diferentes fuentes, con el fin de garantizar el mínimo de orden que posibilite la convivencia...