La prudencia, vigilancia y atención son virtudes cercanas al mundo de la sabiduría.
Ahora bien, si vivimos en un mundo sin esperanza de un encuentro con Dios, Sabiduría y salvación, entonces no es necesario vigilar y estar atentos puesto que nada esperamos; bastaría con ser sensatos y precavidos. El evangelio hoy, presenta cierto grado de dificultad, si no tenemos presente la orientación escatológica (final, para qué...) que resulta definitiva para su recta comprensión.
Los seres humanos podemos ser sensatos y precavidos, valiosos, como las cinco vírgenes prudentes, sobre todo, si nos comparamos con otros, menos previsivos, sensatos e inteligentes, como las vírgenes necias del Evangelio. La pregunta, aunque no explícita, es: ¿Ser inteligente,...