Quiero tratar algunos temas de Medellín como una colaboración y no como crítica por tratarse de hechos anteriores a esta administración y posiblemente en algunos tendré que aceptar alguna responsabilidad.
En estos días pasé por la carrera 51 (Bolívar y Juan Del Corral) y las calles 55 y aledañas. Da hasta miedo pasar por allí. Los talleres y las ventas callejeras se tomaron las vías y los andenes. Es imposible caminar y es peligroso transitar en el vehículo. No me imagino qué pasará por la mente de un visitante al pensar en su seguridad y, por otro lado, en la ciudad innovadora. Me imagino que el apelativo de la Tacita de Plata ya no puede decirse. Hay soluciones para ello y hay conocedores de esas soluciones en Medellín.
Los dueños de los talleres...