Las cosas han cambiado tanto que el madresolterismo, condenado durante años como un terrible pecado, es ahora una opción para las mujeres que no quieren casarse pero sí tener un hijo. Hoy hay cada vez más hijos de bancos de semen o de ‘donantes voluntarios’, que nunca sabrán quién fue su papá.
Creo importante hacer algunas consideraciones para quienes contemplan esta posibilidad. Hay suficiente evidencia que demuestra que la presencia del papá es tan fundamental como la de la mamá para la vida de un hijo. Me pregunto cómo se afectará el autoconcepto del hijo varón de una mujer que no puede establecer relaciones de pareja con los hombres y solo los usa como procreadores.
Uno de los argumentos de las defensoras del madresolterismo es que para los...