Los colombianos somos culpables de lo que pasa en el país. Sea por acción o por omisión no nos salvamos de la responsabilidad. Soy el primero en reconocer que me equivoqué al votar por Juanpa (como le gusta que le digamos) en 2010. Lo hice, engañado por el candidato que prometió seguir la política de la seguridad democrática, y que firmaría en mármol, que no habría reforma tributaria en su gobierno, lo hice porque nos prometió que cuidaría los tres huevitos que le dejó el presidente Uribe. No me di cuenta de la nariz de Pinocho que apenas empezaba a crecerle.
Otros tuvieron mucha más culpa en 2014 cuando volvieron a votar por él. Apoyado por esos votantes y por el empujón del apagón en la costa, por el apoyo económico de algunos que hoy están...