Una característica de la forma como los ingleses, luego los británicos, han manejado las grandes cuestiones gubernamentales es la del pragmatismo en temas domésticos, combinado con la lucidez en la conducción de las relaciones internacionales con visión de largo plazo. Esa peculiaridad le permitió al Reino Unido mantener la estabilidad política en medio de los grandes cambios económicos y sociales originados en la Revolución Industrial y proyectarse hacia el resto del mundo como una potencia comercial y militar de primer orden.
La denominada Revolución Gloriosa de 1688 puso fin al intento absolutista del último de los Estuardo, el rey Jacobo II. El arreglo resultante, con el nombramiento de un noble holandés, Guillermo de Orange, para que ocupara...