Por RENA KRAUTredaccion@elcolombiano.com.co
En mayo hace dos años, minutos antes de que el director de orquesta de Minnesota, Osmo Vanska, tomara el podio en el Teatro Nacional de Cuba en La Habana, una decisión fue tomada en un camerino detrás del escenario. El director de operaciones les dio el mensaje a los músicos mientras calentaban en el escenario: “SÍ”.
Las luces se encendieron, el director entró, el público observó atento, y Vanska alzó su batuta. En la sección de clarinete, yo me puse de pie junto con el resto de la orquesta, y tocamos el himno nacional de Cuba ante asistentes pasmados. Siguió el himno nacional de Estados Unidos (The Star Spangled Banner), provocando más jadeos desde los asientos.
Las historias que han sido relatadas...