Por Scott N. Paul redaccion@elcolombiano.com.co
En abril del 2016, Donald Trump se paró delante de partidarios en Pittsburgh y declaró que recuperaría los empleos de la industria del acero del país. Ayer regresó al oeste de Pensilvania como presidente aún sin cumplir esa promesa. Aunque Estados Unidos nunca volverá a ver fábricas como las que salpicaron los valles de Ohio, Pensilvania y Virginia Occidental hace 50 años, el presidente Trump ahora tiene la oportunidad de ayudar a estabilizar una industria de acero tambaleante y revivir parte del empleo que alguna vez ofreció.
Las ruedas están en movimiento. Tres meses después de empezar su presidencia, el Sr. Trump invocó una autoridad poco utilizada: la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial...