Mucho se ha escrito sobre Donald Trump en tan solo dos años de carrera política. Los personajes disruptivamente tóxicos suelen concentrar mucha fascinación morbosa. Y ello, aunque (o porque), todas las acciones Trump hasta ahora han sido destructivas, pues su propósito declarado fue acabar con la obra de Obama. La razón no se sabe: por liberal, tal vez; por demócrata, quizás; o por negro, nada de raro. Las discusiones habituales sobre el gobierno de Trump giran alrededor de las órdenes ejecutivas, las iniciativas legislativas y los nombramientos en el Ejecutivo. Discusiones en terreno firme, con datos, antecedentes, jurisprudencias, a la vista.
Mi punto es más elusivo pero tanto o más concreto. ¿Qué cambios pueden producir en un país el temperamento...