¿Si uno no se interesa por su salud, entonces quién?
Muchos tenemos la oportunidad de leer escritos sólidos sobre el tema, pero no es lo común en nuestra población, aparte de que se confía tanto en fuentes no autorizadas que confunden.
Y aunque la idea era que el sistema de salud se enfocara más en la prevención, la realidad es otra.
Dos informes internacionales recientes muestran cómo está la salud del planeta en general y con respecto a una de las más demoledoras enfermedades: el cáncer.
Un análisis de 23 años publicado en The Lancet dice que el 95% de la población mundial tiene alguna dolencia. Solo una de cada cinco personas no sufre de nada. La proporción de años perdidos por enfermedad subió de un quinto a un tercio (31%).
El mundo está más enfermo hoy que nunca, en lo que tiene que ver el aumento de la población adulta, aunque queda claro que todos los grupos de edad están enfermos.
El estudio analizó 301 enfermedades agudas y crónicas y 2.337 secuelas. Las causas de pérdida de la salud permanecieron casi invariables de 1990 a 2013: dolores en la espalda y el cuello, depresión, anemia, pérdida auditiva.
En 2013 los dos problemas musculoesqueléticos citados más la artritis y los desórdenes mentales y por abuso de drogas y alcohol fueron responsables de casi la mitad del deterioro de la salud en todo el mundo.
Pero mientras algunas enfermedades crecen, por ejemplo la diabetes que ha aumentado 43%, la muerte por esas causas se ha reducido. Solo 9% fue la tasa por aquella.
El otro estudio, sobre el cáncer en 2013, publicado en Jama Oncology, pone de manifiesto una realidad dura: ¿quién no ha tenido alguien cercano con algún tipo de cáncer? Ese año hubo 15 millones de nuevos casos y fallecieron 8,2 millones de personas, pero también se aprecia una tendencia clara: la mortalidad se ha reducido gracias a los avances médicos y la detección temprana, pese a que todos los tipos de cáncer, salvo uno, el linfoma de Hodgkin, han aumentado.
Y vaya contraste: hoy hay menos personas totalmente sanas, pero menos están muriendo por sus padecimientos.
Si el sistema de salud invirtiera mucho más en prevención los indicadores mejorarían y más colombianos padecerían menos dolencias, pero hoy en la consulta no queda ni tiempo de aconsejar a los pacientes, solo de atenderles la urgencia del día.