¿Ante la eventualidad de un ascenso al poder del pensamiento totalitario, alcanzaría a sobrevivir el periodismo independiente? ¿Será capaz de romper el maridaje con el poder y asumir la responsabilidad ética de sostener una distancia crítica frente a los gobernantes y los grupos de presión?
¿Estará el periodismo en capacidad de constituirse en contrapoder constructivo para parar en la raya a los mandatarios abusivos y enseñarles a respetar la voluntad general? ¿Acabará por convertirse en un apéndice del establecimiento, incompetente para fiscalizar errores y aciertos de los controladores de los asuntos públicos?
La enemistad entre el presidente de los Estados Unidos Donald Trump y los medios periodísticos más influyentes ha puesto en duda el respeto...