Recibí una invitación del padre Nicanor para que lo acompañara en el rezo de un curioso “rosario políglota” que él se inventó y que, aunque es su rutina diaria, lo suele compartir con unos pocos en Pentecostés. Allá fui, pues, el domingo pasado. Mariengracia me recibió con un comentario mordaz y sonreído:
-Yo, primo, me duermo rezando el rosario en español, ahora me voy a quedar profunda en cinco o seis idiomas.
-Un sueño polígloto o políglota, prima. ¿No le parece, padre Nicanor?
-O también poligloto o poliglota, con acento en la penúltima. Y no se burlen, sobrinos. A mí me produce fervor espiritual y placer intelectual rezar el rosario en varios idiomas. Pero si están incómodos, váyanse tranquilos, que yo me las arreglo solo.
-No se incomode,...