A las hijas de una amiga mía en Bogotá, las devolvieron de su elegante colegio capitalino para su casa este pasado miércoles de ceniza, por llevar en su frente la señal de la penitencia que nos enseña la Iglesia.
El mismo miércoles por la tarde, estábamos reunidos en familia, cuando llegó del colegio Emilio, mi nieto de tres añitos, con su cruz bien chantada en su frente.
--¿Qué te pasó en la frente, Emilio?
--“Este es el sellito de papito Dios”. Dijo el niño muy serio y orgulloso.
Esa es la diferencia de la cultura que aprenden nuestros hijos y nietos formados en colegios acordes con nuestras tradiciones católicas y cristianas que como Cumbres cumplen su trascendental tarea.
Otros en cambio se comportan como les enseñan los minoritarios laicos...