La noticia obtuvo un espacio de segunda en el listado de titulares internacionales. Algunos medios de comunicación, incluso, la relevaron a lugares de desprecio, bajo fotos de cantantes en vacaciones o declaraciones de estrellas en sus quince minutos de fama. Fue una desgracia inmensa, desgarradora, que produce indignación y llanto, y al mismo tiempo ira e impotencia: Estados Unidos reconoció el asesinato de “al menos” 105 civiles en un bombardeo en marzo a un edificio de Mosul, en Irak, que pretendía disminuir la capacidad operativa del Estado Islámico. Así de brutal y escandaloso.
Lo que pretendía ser un ataque quirúrgico terminó con el destrozo de un edificio entero, repleto de familias, en el casco antiguo del bastión de los radicales. La...