Cuando todo el mundo pensaba que la guerra fría era cosa del pasado, que las historias de espías y amenazas de hecatombe habían quedado definitivamente atrás, resulta que ahora empezamos a preguntarnos si la transformación que advertimos ante nuestros ojos de las relaciones chino-americanas, puede conducir a esa expresión de la tensión entre las dos potencias que se disputan la hegemonía global.
El tema de fondo es que se está pasando de unas relaciones que mezclaban colaboración y competencia, a unas que son puramente competitivas. De la gran interdependencia de comienzos del siglo XXI, Estados Unidos y China se están moviendo hacia una nueva zona gris. Esto es muy claro en la resistencia de Estados Unidos frente al deseo de Beijing de avanzar...