Pasada la alharaca del debate electoral que como nunca polarizó a la nación, es pertinente mostrar los más salientes desafíos que debe enfrentar quien ha sido ungido como futuro presidente. Sin duda, lo primero que él deberá poner en orden es la economía: el país tiene una deuda externa que frisa los ciento veinticinco mil millones de dólares; la inversión extranjera ha disminuido de forma evidente; han caído las exportaciones; y, se deben recuperar nuestros recursos naturales saqueados por propios y extraños, so pena de que el futuro solo nos depare un territorio inhóspito.
En el plano social, él debe tomar medidas para combatir los azarosos desequilibrios existentes en un país ubicado como el séptimo más desigual en el mundo; tiene que velar...