El pecado social hoy, como en la época de Jesús, es cada vez más fuerte. Son miles y miles las voces que piden justicia en las calles y en los campos, que no necesariamente son todas estas manifestaciones públicas que estamos viviendo en algunas ciudades del país, esas no son voces de justicia, son voces exteriores que buscan algo más que protagonismo. Estas voces que brotan del evangelio son voces silenciosas que claman sean escuchadas por Dios.
Muchos piensan que el camino que lleva a ser escuchadas estas voces, pasa a través de una revolución interhumana o marxista, otros suponen que este mundo ya no tiene solución y elevan la plegaria hacia la altura, suplicando la respuesta de Dios o del destino.
La viuda del evangelio no tiene la posibilidad...