El presidente Juan Manuel Santos insiste, como lo hacen todos los que se han convertido en su caja de resonancia, que la justicia transicional pactada con las Farc no se convertirá en una “cacería de brujas”.
Yo digo lo mismo. Claro que no será una “una cacería de brujas”, pues este no es un cuento de hadas. La justicia transicional, tal y como está planteada, es una realidad maquiavélica, que será convertida por las Farc, con facilidad, en la herramienta perfecta para perseguir a sus enemigos.
Esta nueva justicia que reinará en Colombia, a partir de la aprobación final del acuerdo de La Habana, concebida por expertos juristas amigos de las Farc y de la izquierda internacional con la venia del Gobierno, será utilizada por los narcotraficantes...