Me imagino que los miles de niños vinculados por la fuerza a las filas de las Farc pudieron dormir tranquilos y felices en la selva a partir de la noche del domingo. Llegó la paz para todos, incluyendo a las niñas secuestradas para servirles como juguete sexual a los ahora más nobles ciudadanos colombianos. Ya todos vivimos la paz firmada con gran espectáculo en Cartagena. Hasta con el cambio de la bandera, el colmo del irrespeto a los símbolos patrios, con una franja blanca que según escuché significa la riqueza que les ha dado la blanca cocaína a las Farc.
El discurso de “Timochenko” me ratificó mi intención de voto el próximo domingo, no mencionó los cultivos de coca, no habló de acabar con el narcotráfico, no habló de los niños reclutados,...