En 1949 Mao TseTung expulsó de territorio chino a los misioneros católicos que allí operaban por considerarlos instrumentos del imperialismo occidental. Ello coincidió con la instauración de la nueva República Popular. Desde aquellos años, las relaciones oficiales entre las dos naciones han estado algo más que rotas, han estado congeladas.
A esta fecha, nuevos acercamientos en terrenos hasta ahora insospechados, hacen pensar que los dos lados están entrando voluntariamente en una etapa de deshielo. Pero aunque la voluntad pareciera estar haciéndose presente, su materialización será lenta. Las diferencias son aun inconmensurables.
Históricamente la cristiandad en China ha revestido una presencia marginal. El catolicismo ha sido y es un credo...