“El tal paro no existe”, decía Santos sobre el primer paro agrario. Y fue de tal magnitud que no tuvo más remedio que reconocerlo. Alcanzó para entonces su punto más bajo en las encuestas. Ya esos desiertos de apoyo ciudadano le son habituales. Ahora tiene que enfrentar otro paro. Y ya no tiene ni humos ni fuerzas para negarlo.
La primer lección es que, contrario a lo que muchos creen, la firma de un pacto definitivo en La Habana no significará ni el fin de la violencia ni un ambiente sociopolítico más tranquilo. Para empezar, porque a) quedan por fuera el ELN y una disidencia del EPL y se está produciendo un trasvase de hombres y territorios de las Farc a las otras guerrillas, y b) el problema de fondo de la violencia en Colombia no son las...