Seamos sinceros. El acuerdo con las Farc abrió un camino hacia lo que muchos denominan un futuro mejor, pero no es el fin de los problemas. Muchas trochas se abrieron y por ellas agarraron un montón de revoltosos que están jodiendo al país.
El ataque terrorista en el Centro Andino en el norte de Bogotá, es un claro ejemplo. Quienes lo hayan perpetrado se llevaron su punto redondo: llenaron de miedo a la gente y lo más triste, dejaron muertos y heridos, que suman a la lista de “imposible creer en un mejor mañana”.
Paradójicamente, la bomba unió a todo el país. Je suis Andino. Ahí sí que nos unimos por un ratico. Pero la realidad va más allá de la zona rosa de la capital. Pensemos en el campo, ese que tanto se nos olvida. Allí, los brotes de violencia...