Por Carlos A. Pabón G.
Con la crisis carcelaria que está afectando no solo la cárcel Bellavista sino todas las prisiones del país, sería bueno pensar en zonas veredales semejantes a las que se han implementado para reunir a los guerrilleros desmovilizados de las Farc. Allí se podrían albergar algunos reclusos ya condenados, de seguro estarían más cómodos y además podrían ser productivos, ya que en vez de estar todo un día vegetando podrían trabajar la tierra y producir no solo sus propios alimentos sino los de muchos otros reclusos. Solo falta un poco de voluntad política como la que se ha empezado a ver en la administración de Federico Gutiérrez con algunos habitantes de calle que ahora se rehabilitan en granjas donde se recuperan de sus adicciones...