Con los números recientes que hemos visto en la cotización internacional de petróleo, lo primero que viene a nuestras mentes es que gozaremos de unos buenos resultados en materia económica, tanto en el crecimiento de nuestra economía como una mejora importante en las cuentas fiscales que hace el Gobierno año a año. Así mismo, nuestros principales activos se han blindado ante la coyuntura actual, que se ha visto inmersa en un panorama de riesgo. Es así que cuando el precio de este commodity se encuentra en los niveles actuales el peso colombiano se fortalece, nuestra bolsa de acciones se valoriza y nuestros bonos del Gobierno se vuelven mucho más atractivos para el extranjero.
Sin embargo, y como no todo puede ser color de rosa, hay que pensar que Colombia no puede ser un país que solo dependa de la volatilidad de un commodity y que sea capaz de crecer solo cuando existe una bonanza en dicha materia prima. Así que hay que poner sobre la mesa y hacer un llamado a los grandes dirigentes de nuestra economía sobre que se debe realizar un cambio estructural en nuestra economía y permitir que otros sectores se vuelvan competitivos ante los estándares internacionales.