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La entrega de premios como los Emmy o los Óscar son una oportunidad para jugar a los pronósticos. Entre las extensas listas de nominados uno se esfuerza en adivinar cuáles producciones tendrán más posibilidades y cuáles serán abiertamente ignoradas. Y acertar en los ganadores no es tan satisfactorio como adivinar quiénes serán los perdedores. Cuando se trata de la industria norteamericana, la clave es pensar en lo políticamente correcto.
El contexto económico, político o social ayuda a identificar tendencias. Cada tema espinoso -la raza, el género, el abuso, la migración, el calentamiento, etc.- parece tener su cuarto de hora para llevarse los galardones. Sin embargo, cuando una producción cruza ciertas líneas o pisa ciertos callos tiene pocas...
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