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El Teatro Pablo Tobón Uribe estuvo muerto para toda la ciudad por mucho tiempo y esto no es un misterio. Desde su fundación, el lejano dos de agosto de 1967, se creó un lugar precioso arquitectónicamente y quizá con la mejor acústica de la ciudad, pero este nuevo teatro estuvo reservado estrictamente a la música culta, erudita, y en consecuencia, a un público musical específico. Decisión respetable.
El crecimiento acelerado de la ciudad, la sobrepoblación y la migración del campo al valle, generaron cambios significativos en Medellín, que se reflejaron en arte, en historias en la música, en el sonido de los históricos guitarreros del Parque Berrío, hasta los punkeros, metaleros y raperos que pertenecían a lugares como Las Torres de Bomboná,...
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