viernes
7 y 9
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Diego Londoño
Periodista musical
@elfanfatal
Para empezar, ¿Saben ustedes qué significa tener una banda de rock en Colombia?
Ensayos, dinero, tiempo, creatividad, más dinero, tolerancia, entre muchísimas otras circunstancias que hacen de la música una labor compleja. Quizá por eso los integrantes vienen y van, las bandas de igual manera, nacen pero también con mucha frecuencia, mueren.
Digo todas estas cosas solo para referirme al trabajo e historia de una agrupación, que además de haber soportado los años y las situaciones que hacen que vivir de la música en Colombia sea una cosa compleja, también soportan estar en pie con la misma fuerza y convicción de siempre, a pesar de los comentarios, a veces destructivos, sobre su proceso. A mi modo de ver, Tr3sDeCorazón tiene una historia admirable y pocas veces vista, un proceso hecho con cariño, amor y con un profundo respeto y honestidad hacia su propuesta de punk rock.
Ellos sin hablar mucho, simplemente trabajando por su sueño (ahora realidad) de vivir de la música, han logrado cantidad de cosas que cada una de las bandas de la ciudad, nueva o histórica, debería admirar: Cinco discos en estudio, un dvd en vivo, un libro que conmemora sus primeros 10 años, un documental que también narra esa historia, 19 videoclips. Giras en Argentina, México, Uruguay, Perú, Estados Unidos, Cuba, y además ser generadores de conciertos pagos en toda la ciudad, incluso invitando a las mismas bandas que hablan de manera negativa de su trabajo.
Alejándonos de las subjetividades musicales, Tr3sDeCorazón es una banda que le ha enseñado a la ciudad, con la prudencia que implica el silencio, sobre autogestión y sobre cómo se debe trabajar con y para la música. De ellos habla todo el mundo, con argumentos o sin ellos, no importa. Y no está mal hablar. Lo que si es incomprensíble es que sin juicio y a punta de palabras malintencionadas acaben con una trayectoria productiva y honesta, que bien o mal, le ha aportado a la escena musical y a muchísimas bandas que se han visto beneficiadas de ese mismo trabajo.
Por eso este texto llama a la cordura, al respeto como razón primordial de la vida y al reconocimiento del trabajo. No quiere decir que sea mala la crítica, en realidad es buena cuando tiene bases sobre la construcción y no sobre la destrucción. El respeto es lo único que nos queda, en un país de mentira y guerra permanente.
La invitación es a trabajar mirando nuestros pies, a no destruir por simplemente hacerlo, a pensar más antes de hablar y sobretodo a respetar el camino, el sonido, las decisiones y el proyecto de vida de los demás.