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Es urgente, y el Estado está pasado de haber neutralizado a estos grupos (GAO), que con frecuencia actúan o sirven de base a organizaciones paramilitares. Es necesario que se enfrenten con decisión, tanto mediante medidas cohercitivas como de fuerza, y acciones de justicia, dentro de estas últimas la posibilidad del sometimiento, sobre cuyo proyecto habrá que conocer los detalles e implicaciones finales.
En el Acuerdo con las Farc, en el punto 3, se habla de enfrentarlos de diferentes maneras y entre los mecanismos se mencionan la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad, la Unidad Especial de la Fiscalía para tal efecto y otras acciones que sirvan para garantizar justicia. Esto ya estaba previsto y sería muy positivo ver que el Acuerdo llegue a producir efectos como este.
No puede haber una posición definitiva hasta tanto no se decante y oficialice un proyecto de sometimiento. Pero si tiene las bases iniciales esbozadas por el Gobierno Nacional, sin alcances políticos ni negociación y con beneficios jurídicos, estaría bien.
Los desarrollos que se han consolidado en los últimos años, a nivel nacional e internacional, para proteger los derechos de las víctimas, servirán mucho para que aquí también se preserven esas garantías de verdad y reparación.
