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Con un minuto de silencio en homenaje al profesor Elkin Castaño y su hija Valeria, de 8 años, quienes desaparecieron el 29 de noviembre de 2011 al quebrarse un barrote de madera y caer al río Cauca, la Gobernación de Antioquia, reinauguró ayer el Puente de Occidente, que une los municipios de Olaya y Santa Fe de Antioquia.
El gobernador, Sergio Fajardo, manifestó que con las obras que se le hicieron a esta estructura esperaba pasar esta página de dolor porque no había ninguna explicación de que personas tan valiosas perdieran la vida en un sitio turístico y, de paso, servía para darle ingreso a la prosperidad de esta región que espera ser un polo de desarrollo turístico como puerta navegable de Hidroituango.
La alcaldesa de Liborina, Adriana Maya, dijo que el puente es la movilidad de su municipio, Olaya, Sopetrán y Sabanalarga con Santa Fe de Antioquia.
Amado Cano, uno de los trabajadores de la firma contratista Gisaico, dijo que los trabajos transcurrieron desde el 5 de abril sin inconvenientes. Relató que lo más incómodo fueron los vientos, porque trabajó colgado de la estructura para pintar las vigas. Hubo momentos, dijo, que la seguridad de la compañía les pedía retirarse porque la fuerza de los ventarrones los podía lanzar al vacío.
Resaltó la calidad de la madera que le instalaron porque debieron usar taladros para ponerle tornillos y clavos.
Se hizo reforzamiento estructural de los pasos peatonales y mantenimiento, con una inversión de $2.214 millones de la Gobernación, EPM, Instituto de Cultura de Antioquia y el Ministerio de Cultura.
Clara González, líder rural de Olaya, indicó que valió la pena esperar, porque hubo cinco meses de cierre y debieron tomar la vía por Sopetrán, que representaba 45 minutos más para ir a Santa Fe de Antioquia.
Ismael Lora, administrador de un negocio que vive del turismo en el puente, dijo que las ventas bajaron 30 %, pero desde el 1 de diciembre que lo reabrieron, inició la recuperación .