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Si usted alguna vez se imaginó que navegar en internet en Corea del Norte era un poco como en los años 80, no está muy lejos de la realidad. Por información que se filtró a Web, se conoció que sus habitantes solo tienen acceso a 28 portales, bajo el dominio oficial .kp.
Entre los sitios a los que se puede acceder, se encuentran portales de noticias, de venta de tiquetes aéreos, de recetas de cocina y hasta uno para ver películas piratas.
Una ventana cerrada
Juan David Escobar, experto en asuntos internacionales de la Universidad Eafit, comenta a que este bloqueo se debe a una estrategia del gobierno norcoreano para cerrar los canales de comunicación y así controlar la información que entra y sale sobre el país.
“En la actualidad, no tener internet suena como a una dictadura”, señala. “Entonces para cumplir con poner este servicio, lo dejan abrir, pero solo los sitios que el gobierno autoriza y están en un constante monitoreo”.
Escobar compara la situación de este país con la de China que, aunque es más abierta, está en constante control de las preguntas que hacen los usuarios en los buscadores.
“Esta es una característica de los gobiernos totalitarios, en donde solo hay un partido con el control completo y no permiten disidencia alguna. Es más, la oposición es perseguida y todo empieza por manejar los canales de comunicación, entre ellos el acceso a la Web. Y entre estas naciones, Corea del Norte es una de las más ortodoxas”, asegura Escobar. “
¿Cómo se logra el bloqueo?
Esta obstrucción se da porque, de la mano de los proveedores de internet, el gobierno controla el acceso la red de área amplia (WAN por sus siglas en inglés), explica Katherine Aguirre Ortiz, ingeniera de telecomunicaciones.
El control empieza con el filtrado del tráfico por direcciones IP que figuran en el territorio de ese país. Estas son las identificaciones únicas que tienen los dispositivos o portales web. Por lo tanto, es posible impedir que usuarios de una región específica accedan a un sitio.
Sin embargo, es fácil saltarse este bloqueo con el uso de proxys, que cambian la IP de los dispositivos, entonces pareciera que accedieran desde otro lugar del mundo.
También es posible filtrar el tráfico: filtran los puertos de los servidores de los sitios de internet. Al conseguirlo, no permite que los navegadores accedan a las web.
Además, controlando los servidores DNS, que hacen la labor de traducción del nombre del dominio a una IP. Así pueden cerrar el acceso o hacer que cada vez que alguien digite una dirección, se redireccione a una página del gobierno. Es decir, en el momento en el que una persona escriba www.elcolombiano.com, lo llevaría a una dirección IP de otro portal.
Como hay formas de que los usuarios se salten estas obstrucciones, lo más probable es que el gobierno norcoreano aplique constantemente una mezcla de los tres obstáculos para estar seguros, concluye Aguirre.