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“Me secuestraron mi Instagram”

Los usuarios de esta red social son víctimas de extorsión, ataques personales y robo de cuentas.

  • Ilustración Morphart
    Ilustración Morphart
21 de abril de 2016
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A las tres de la mañana del viernes 8 de abril, Susana Agudelo recibió un correo electrónico con el asunto ‘hacker account’ (cuenta del hacker). Ella lo vio seis horas después, cuando su novio la llamó a decirle que alguien estaba eliminando las fotos de su Instagram.

Susana es una maquilladora profesional de Medellín y tiene una cuenta muy exitosa en esa red (@susana_tunes), en la que comparte consejos de maquillaje y trabajos propios a sus más de 58 mil seguidores. Muchos de sus contratos y su imagen como profesional dependen directamente de su éxito en redes sociales.

Tanto ella como otros instagramers han sufrido, en especial en los últimos tres años, el robo o ‘hackeo’ de sus cuentas. Cada uno tiene una historia diferente, algunos hablan de extorsión, otros de robo de los perfiles para venderlos a alguien más, y otros, de venganzas personales.

Lea también: La estrategia de Amparo Grisales para subir seguidores en Instagram después de que le robaron su cuenta original.

Extorsión en Instagram

El hacker desconocido le escribió un correo a Susana, en inglés, diciéndole que si quería recuperar la cuenta tendría que pagar 400 dólares a una cuenta de PayPal.

“Ni a bala le vamos a pagar, le dije a mi novio. Él, que es ingeniero de sistemas, me dijo que iba a intentar recuperarla” relata Susana. Mientras ella intentaba concentrarse en su trabajo, su novio Juan David Trujillo realizaba todos los procesos de recuperación que recomienda Instagram en la opción de “Denunciar una cuenta robada”.

Pronto, el correo de Susana estaba lleno de códigos de verificación automáticos que le enviaba la red social, pero ninguno le permitía volver a acceder. “El error que cometí es que en todas las redes sociales mi clave era la misma. Yo siempre accedía a Instagram a través de Facebook, pero al parecer el hacker pudo ingresar también allí y desvincular las cuentas,” relata.

Finalmente decidieron pagar. “El hacker bajó el cobro a cien dólares. Pero yo no quería, ya me habían eliminado varias fotos y cómo me va iba cobrar por una cuenta incompleta,” dice Susana, aún indignada. Pero su novio le dijo que si le pagaban, podrían ver a nombre de quién estaba la cuenta y de qué país, y quizás podrían denunciar.

Pagaron y la cuenta volvió a sus manos, aunque no en el estado original; el hacker alcanzó a eliminar todas las fotos de febrero, marzo y lo que iba de abril. Borraba cinco fotos por cada hora que pasaban sin pagar, casi como si éstas fueran rehenes. La cuenta de Paypal en la que realizaron el pago estaba a nombre de un hombre en Kazajistán.

Instagram respondió su correo cuatro días después, ofreciéndoles una solución que ya no les servía. “Ya ni siquiera quise confiar. Me dio miedo de que termináramos perdiendo todas las fotos, todo el trabajo de dos años.”

Según Jaime Andrés Restrepo (@dragonJAR), experto en seguridad informática, es muy complicado descubrir quién fue el responsable del robo de la cuenta. “Son como mafias, muy bien organizadas, muchas personas hacen cosas específicas muy repetitivas, unas se dedican a conseguir las cuentas y venderlas, hay otras que se dedican a comprarlas para hacer publicidad”. Así que también es posible que aquella cuenta de Kazajistán haya sido robada a alguien y no sirva de mucho en un proceso judicial.

Ataques personales

“No solo se roban tu negocio, sino todo el trabajo y el esfuerzo. En las redes sociales está un pedazo de ti,” dice Esteban Zapata (@TheInsiderVox), intentando explicar lo que sintió cuando perdió por tres días el control de su cuenta de Instagram, de casi 12.000 seguidores.

Su caso es diferente al de Susana, pero tienen en común que su trabajo diario se vio afectado. Esteban es bloguero de moda masculina y trabaja con diferentes marcas. Durante una sesión de fotos, una persona cercana a él tomó su celular. “Lo devolvió a la media hora, y ese tiempo lo usó para desvincular mi correo de mi Instagram y luego eliminar mi cuenta,” explica Zapata.

Luego de tres días de negociaciones, tanto con Instagram para recuperar la cuenta, como con la persona que había tomado los datos, Esteban la recuperó. Aunque, al igual que a Susana, le habían eliminado muchas fotos.

En este caso particular sí se pueden tomar acciones legales, tanto por la vía civil como por la penal. Es un delito contra los derechos de autor, que además está causando un prejuicio económico a la persona, explica el abogado Carlos Rodríguez.

Otros casos

Kevin López, también bloguero de moda en Medellín, no tuvo tanta suerte. El lunes 11 de abril perdió su cuenta y los 7.000 seguidores que tenía.

“Esa noche me salía ‘contraseña incorrecta’ y me decía que ya no había ningún correo o celular relacionado. Mis amigos me decían que estaban dejando de seguir a todas las personas, y que estaban borrando fotos,” explica el bloguero, quien agrega que no supo quién fue el autor.

Kevin hizo lo mismo que Susana, escribió a Instagram, mandó una selfie con el código y las identificaciones, pero de nada sirvió. Una hora después, eliminaron la cuenta y el trabajo de un año, en palabras de Kevin, se fue a la basura.

“Además, si te eliminan la cuenta, no puedes volver a utilizar el nombre de usuario que tenías” agrega. Ahora, Kevin ha tenido que empezar a trabajar de cero y bajo un nombre nuevo: @KevinGLopez96.

Esta no es la primera vez que pasa por esta situación, un año atrás le habían eliminado su cuenta, sin explicaciones, ni responsables.

Según el experto Jaime Andrés, el caso de Kevin también podría tratarse de un ataque personal, más cuando es la segunda vez que le sucede esto. “Puede ser causado por alguien al que no le gusta lo que él publica, o también puede ser un ataque contratado. Existen servicios en línea en los que se realiza un pago para que otra persona ataque una cuenta,” explica el experto. La recomendación para él es que revise todos sus equipos, es posible que estén infestados de un spyware, virus que espía sus claves.

Los tres instagramers están de acuerdo con que ninguno encontró un camino claro por el cual resolver su situación. Tanto en el ámbito legal como en el servicio al cliente de Instagram se quedan cortos al ofrecer soluciones.

“A mi hermana le pasó lo mismo en Soundcloud. Pero ella logró comunicarse con un teléfono de la red y la ayudaron con todo el proceso. Con Instagram, en cambio, nos sentimos ignorados,” concluye Susana, esperando que esta sea la última vez que le sucede algo así.

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