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Con las celebraciones litúrgicas de este Jueves Santo, la Semana Santa entra en su etapa principal con el inicio de la conmemoración de la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
La representación de la cena que compartió Jesús con los doce Apóstoles marca el comienzo de lo que en el entorno litúrgico se conoce como el Triduo Pascual.
“El Triduo Pascual comienza con el Viernes de la Pasión, prosigue con el Sábado Santo, tiene su culmen en la Vigilia Pascual y acaba con las Vísperas del domingo de la Resurrección”, se señala en una reflexión de la Oficina Pastoral de la Arquidiócesis de Lima, revelado por la agencia católica Aciprensa.
El desarrollo de cada uno de los días Santos que se inicia con las representación y conmemoraciones de este Jueves Santo, es, como lo señala el sacerdote Carlos Luque, párroco de la iglesia de San Juan Apóstol, en el sector de El Tesoro, la mirada en detalle de ese misterio primigenio, de ese hecho que marca el inicio y da fundamento a la fe del cristiano católico
“La primera experiencia de celebración pascual fue la experiencia de las primitivas comunidades del resucitado. El primer día de la semana el Señor resucitó. Y ese es el dogma primitivo de la fe católica. Jesucristo ha resucitado y con él ha resucitado la humanidad”, explica el sacerdote.
Se trata de un hecho tan importante en el desarrollo del catolicismo que en algún momento de la historia se vio necesario ampliar esa conmemoración.
Hoy, Jueves Santo, continúa, comienza el Triduo Pascual con la misa en la que se recuerda la institución del ministerio sacerdotal, donde se recuerda la Eucaristía como la permanencia de Jesucristo con nosotros y también el mandato: “Amaos los unos a los otros”. “Es como la apertura de ese proceso dinámico del misterio salvífico”.
El segundo momento crucial de estas jornadas se da el Viernes Santo. “Celebramos esa entrega generosa del Hijo del Hombre, del Hijo de Dios, que llega a entregar su vida para vencer en franca lid a la muerte, al pecado, a la enfermedad”.
Y esta época, que es la celebración central para el mundo católico culmina con las celebraciones del Sábado Santo en la noche y el Domingo de Resurrección, que “se constituye en el eje central de nuestra Fe. Jesús resucitado, la luz del mundo. Jesús resucitado que ilumina a todo hombre que se quiera acercar a él”, plantea el sacerdote Luque.
Añade que el sentido de estos días para quienes profesan la fe católica, va más allá de hacer una memoria y unas representaciónes de hechos en el cumplimiento de un esquema litúrgico.
Estas, expresa el sacerdote Carlos Luque, son celebraciones que se deben asumir y vivir con “la conciencia clara y firme de que el Señor Jesús renueva, el Señor Jesús hace que en nuestras vidas, en nuestros corazones se sienta esa presencia de la Resurrección. Entonces un cristiano que celebra el Triduo Pascual, se compromete desde su fe a seguir a Jesucristo resucitado en el proyecto de vida que Jesús plantea como una invitación para nuestra realización personal y comunitaria”, concluye el padre Luque.