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Cuando el sol empieza a esconderse por las montañas, Édison Moreno, luego de un largo día de trabajo, toma el bus para su casa.
Los 35 minutos que, en promedio, demora el recorrido, se convierten en 45 minutos, una hora y hasta más, en virtud de la congestión en la ciudad.
Los problemas de movilidad tienen varias razones, según los expertos. Uno de ellos es el crecimiento significativo y sostenido del parque automotor en los últimos años. De 33.497 vehículos por cada 100 mil habitantes en 2008 en el área metropolitana se pasó a 48.889 carros, en 2013, según el análisis de la movilidad vial de Medellín Cómo Vamos, en el informe de calidad de Vida de Medellín.
Señaló que "es posible que las vías que actualmente se construyen no tarden mucho en saturarse y la ciudad pueda requerir constantemente, más y mayores obras de infraestructura, si pretende soportar el crecimiento del parque automotor".
Asimismo, el abogado y experto en temas de tránsito Luis Carlos Díaz, acotó que nos ha faltado visión para atacar los problemas. El diseño y construcción de infraestructura no están acordes con el aumento de los vehículos.
John Jairo Posada, profesor de la Universidad Nacional, expresó que el deseo de viajar en vehículo privado, la falta de mayor calidad del transporte público colectivo, la falta de infraestructura, el uso indebido de la infraestructura vial existente y el tipo de cultura ciudadana frente al transporte son aspectos que visibilizan la problemática de movilidad en la ciudad.
Poco alentador
El panorama no es alentador si tenemos en cuenta los conceptos del experto en movilidad Iván Sarmiento. "El problema de Medellín y su área metropolitana es que sólo tenemos una cuarta parte de la motorización de las ciudades de países desarrollados y estamos creciendo en congestión, por lo que de no hacer nada, la situación será mucho peor".
De ahí la necesidad de fortalecer el transporte público colectivo con el sistema integrado de transporte y regular el uso del auto particular.
Lo anterior, requiere de ampliación y mejora de la infraestructura actual, porque si el bus va más rápido por carriles exclusivos (para lo cual requiere más espacio) el auto también irá más rápido, y si se fortalece el uso del metro también habrá menos congestión, acotó Sarmiento.
En ese sentido, a decir de Sarmiento, desde el Plan de Ordenamiento Territorial, POT debe promoverse la facilidad de moverse a pie y, con accesibilidad hacia las distintas actividades, lo que evita que los problemas de transporte se multipliquen.
"La clave está en que si todo está relativamente cerca, las personas no deben correr para llegar al trabajo o al estudio", apuntó Sarmiento.
Menos calidad de vida
Para Rodrigo Salazar, experto en transporte, si el viaje de la casa al estudio, y del hogar al trabajo supera la media hora, la calidad del recorrido empieza a ser un castigo en tiempo.
El tiempo promedio de viaje en Medellín en 2012 es de 34 minutos, según la última Encuesta Origen y Destino de hogares de 2012.
El trayecto debe ser cómodo y seguro y además, el tiempo máximo que debe gastar una familia urbana durante todos los viajes en un día debe ser una hora y media en promedio, recordó Salazar, citando a versados alemanes e italianos.
Los costos del desplazamientos son aspectos álgidos en las economías hogareñas. De los ingresos familiares, debe destinarse como máximo el 10% al transporte. "Si el porcentaje dedicado a los desplazamientos familiares es mayor a un dígito se registran dificultades en la economía de las familias, especialmente de bajos recursos", indicó Salazar.
De otro lado, el Estudio, Costos de la Congestión en la Vía Urbana: Aplicación a un Tramo de la Calle 30 de Medellín, señaló entre sus conclusiones, que "el costo de la congestión en el subtramo de la calle 30 entre carreras 74 y 80, de unos 60 metros de longitud es de $50 millones.
De ese valor, el costo de las demoras representa el 68%, el exceso de costos de operación el 23% y el exceso de contaminación el 9%.
El análisis fue realizado por Iván Sarmiento, Diana González, Alex Lozano y Jesús Salazar.
Los daños al medio ambiente, el estrés y el deterioro en la calidad de vida son otras consecuencias de esperar y esperar que el vehículo avance en la vía.